Anti Estrés

Las plantas a menudo están sujetas a estrés, condiciones externas que afectan negativamente el crecimiento, el desarrollo y la productividad. Los estreses pueden ser bióticos, cuando son causados ​​por organismos vivos como malezas, parásitos y patógenos o abióticos, cuando están relacionados con el impacto de factores no vivos tales como: cambios de temperatura, heladas, sequía o exceso de agua, granizo, viento, salinidad y deficiencia de nutrientes. En la agricultura, y en particular en algunos cultivos, otro estrés abiótico importante está representado por el estrés por deshierbe que se produce tras la aplicación de productos herbicidas. Teniendo en cuenta que un estrés biótico incluye la presencia de un organismo vivo que es responsable del mismo, los estresores abióticos son factores naturales, a menudo intangibles e inanimados, como la luz solar intensa, la temperatura o el viento, que pueden dañar las plantas. El estrés abiótico es esencialmente inevitable, puede afectar tanto a animales como a plantas y estas últimas, dado que dependen sobre todo, si no exclusivamente, de factores ambientales para su crecimiento, están particularmente sujetas a él.

Todos los agricultores tienen interés en recuperar el potencial de rendimiento perdido debido al estrés abiótico.

Existe evidencia de que, en promedio, los agricultores solo pueden cosechar el 50% del potencial de rendimiento. La brecha de rendimiento puede ser causada por estreses bióticos y abióticos con un impacto negativo más fuerte y una pérdida significativa de rendimiento debido a estreses abióticos. De hecho, el estrés abiótico como el calor, el frío, la sal, la sequía y las inundaciones son responsables del 65 al 75 % de la reducción del potencial de rendimiento, mientras que el estrés biótico representa solo el 25-35 %.

Se sabe que los bioestimulantes mejoran la tolerancia de las plantas y los cultivos al estrés abiótico y permiten alcanzar un mayor nivel de rendimiento en situaciones donde las condiciones ambientales no son óptimas, una situación que será cada vez más común debido al cambio climático y la degradación de la tierra en todo el mundo.

Cuando una planta está sujeta a un estrés significativo, los niveles de especies reactivas de oxígeno (ROS) pueden aumentar considerablemente y causar daño celular. Este daño puede variar de leve a severo, variando según el tipo de estrés abiótico, la severidad, la duración y la cantidad de eventos que ocurren durante un cierto período de tiempo. Independientemente de cómo se presente el estrés abiótico, un agricultor debe mitigarlo y devolver los cultivos a un patrón de crecimiento óptimo para aprovechar todo su potencial de rendimiento y lograr el máximo rendimiento.

Los bioestimulantes regulan las hormonas vegetales (fitohormonas), obteniendo una respuesta de la planta para mejorar la tolerancia al estrés.

Para mitigar el impacto del estrés abiótico se pueden realizar dos tipos de aplicaciones con bioestimulantes:

1) Aplicación preventiva antes del estrés (prever el  estress): para desencadenar (priming) los cambios fisiológicos que aumentan la resistencia al estrés, esta es la estrategia más efectiva también para reducir los daños a los cultivos y proteger las fases más críticas del desarrollo del cultivo. De hecho, los bioestimulantes actúan como agentes cebadores, es decir, activan mecanismos en las plantas que las hacen capaces de enfrentar el estrés de manera más efectiva. Las plantas desencadenadas alcanzan un estado de alerta que se prolonga en el tiempo y hace que la planta esté más preparada para afrontar sucesivas oleadas de estrés.

2) Aplicación post estrés para facilitar el reinicio del desarrollo y la recuperación de las plantas del estrés.

El uso correcto de bioestimulantes permite reducir la brecha entre el rendimiento potencial y la producción que realmente se obtiene en el campo.

Gracias a numerosas pruebas experimentales, se ha demostrado que los bioestimulantes de Hello Nature mejoran la respuesta al estrés de los cultivos al regular las fitohormonas y obtener una respuesta de la planta para mejorar la tolerancia al estrés. En las plantas tratadas se activan mecanismos que permiten a la planta eludir o limitar el impacto de los estreses abióticos y así preservar el rendimiento, principalmente manteniendo la actividad fotosintética o la turgencia de las células.

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